Javier Cebas, su esposa, familiares y amigos se manifestaron el Poder Judicial ya que la denuncia que radicaron hace 3 años, por el supuesto abuso sexual que sufrió su hija menor de edad en manos de un vecino de Siete Cajones, lleva 3 años paralizada.
“Bueno, esto comenzó en el 2020 con nuestra denuncia. Pasan tres años y la causa sigue paralizada, no avanza, y lo que venimos a exigir puntualmente es que el fiscal haga la acusación que corresponde para que sea elevado a la Cámara donde tiene que ser juzgado la persona está imputada, pero mientras tanto exigimos, pedimos, rogamos la prisión preventiva para esta persona de sumo peligro para la sociedad. Ya el daño a nosotros fue hecho, esperamos que ahora no siga haciendo más daño a otras personas, y para que esto no suceda necesitamos que tenga prisión preventiva mientras dure el proceso de la causa. Eso es fundamental en este momento. La Justicia tendrá su tiempo, pero nosotros necesitamos en este momento que el fiscal Roche nos atienda, que nos dé una respuesta que eleve toda la condena que necesita para que eso llegue a juicio como corresponde”, comentó Javier, en declaraciones a la prensa.
Los abusos denunciados ocurrieron en la zona de Siete Cajones y la víctima fue la hija de Javier, cuando tenía entre 7 y 9 años de edad. “Nosotros vivíamos en Siete Cajones, en el Trapiche, es un camino de un paraje de 3 kilómetros que tiene un solo camino de ida y vuelta. Nosotros nos ubicábamos en la mitad del camino, él (por el imputado) en el fondo”, contó el hombre.
Luego de realizada la denuncia, la familia, por recomendación de la psicóloga de la niña, dejó la zona y se fue a vivir a Merlo. “Era de sumo riesgo permanecer ahí, porque nuestra hija no iba a poder estar tranquila ni sola en ningún momento, nosotros no íbamos a poder trabajar, no íbamos a poder tener una vida normal. Entonces nos tuvimos que ir de un día para el otro, para poder tener un poco de tranquilidad y tener el proceso de tratar de que tenga algo de curación y atención, mi hija, a través de los psicólogos, psiquiatras y todo lo que necesita, que todavía lo está utilizando”, contó Javier.
La familia estima que los supuestos abusos se dieron durante un lapso de “dos años por lo menos”. “Ella en un momento comentó a mi señora en un rato de la tarde, así espontáneamente surgió la conversación. No lo podíamos creer, y entonces, ante esa situación, preferimos ir a la psicóloga para preguntarle cómo proceder”, dijo el padre de la niña, recalcando que una víctima de este tipo de crimen “avisa cuando puede, no cuando quiere”.
“Esta persona es sumamente peligrosa, ya tuvo problemas con otros vecinos”, concluyó Javier, solicitando la prisión preventiva del imputado.