La decisión del gobernador Claudio Poggi de recorrer la provincia para hablar con los beneficiarios del Plan de Inclusión tiene un objetivo muy claro: llevar tranquilidad ante rumores desestabilizadores que hablan de un corte del programa o que buscan instalar prácticas comunes hasta el año pasado, relacionadas con la política y el miedo, algo a lo que las capas más vulnerables de la sociedad son permeables.
Por eso estuvo el jueves en San Martín y este viernes arrancó por La Toma con la misma premisa, la de mostrarse cerca de los beneficiarios, mostrarles que todo sigue igual, llevando nuevas herramientas para que puedan cumplir mejor con su trabajo y ofreciéndose como pararrayos protector ante posibles amenazas o aprietes.
“Quiero que sepan que los quiero mucho, como a toda familia puntana. Que despejen todo tipo de temores. Si alguien los jode de afuera, me avisan, porque no hay más jefes que no sean del Plan. Ustedes recuperaron la libertad. Nunca más van a ser acarreados para una campaña electoral, nunca más“, fue el contundente mensaje de Poggi, que es aplicable a cualquier otra área del Estado desde hace un año, cuando la situación en San Luis cambió por completo.
Otro mensaje que ayuda a despejar dudas es el de la compatibilidad absoluta entre el beneficio del Plan y la posibilidad de tener otro trabajo, algo que la administración anterior, en su afán clientelista y de tener de rehenes a los beneficiarios, no permitía. “El que quiere tener otro trabajo, puede tenerlo. Para un lado o para el otro, sin ningún tipo de discriminación ni persecuciones políticas por pensar diferente. Así soy yo. Y no voy a actuar como otros, porque me parece que era injusto. Era indigno. Era violentar la dignidad de una persona. Cuando uno no quería hacer determinada cosa lo obligaban a hacerla y no tenía nada que ver con el trabajo”, cerró.
