Había comenzado su carrera profesional en 2010.
En su perfil profesional en la red social LinkedIn, Asprella señalaba que era “piloto comercial de primera clase de avión con habilitación de vuelo por instrumentos, habilitación de multimotores terrestres hasta 5700 kilogramos, vuelo nocturno, copiloto LJ60, experiencia como piloto y operador de Beechcraft Baron y King Air 90. 1700 horas de vuelo, 900 horas de multimotores, 300 horas de turbohélice, 60 horas de reactor”.
Producto del accidente del domingo por la mañana, el hombre sufrió “politraumatismo grave, quemaduras profundas de aproximadamente 90 % de superficie corporal y vía aérea”, de acuerdo al parte médico. Desde su ingreso al centro de salud, se encontraba “muy crítico” y era el más grave de los tres heridos. Minutos después de las 21.30, el Hospital informó oficialmente su fallecimiento.
El estado de los otros heridos
De acuerdo al parte médico, los otros dos heridos permanecen internados en Cuidados Críticos. El empresario Juan Chediack, de 69 años, sufrió “politraumatismo grave, quemaduras profundas del 80% aproximadamente con compromiso vía aérea, traumatismo grave de tórax y fractura de miembro inferior izquierdo. Actualmente en shock refractario a pesar del tratamiento. Paciente en estado crítico, pronóstico reservado”.
En tanto, Juan Ignacio Bilasio Barbeito (el otro piloto), de 51 años, tiene “politraumatismo grave, con quemaduras del 44 % de la superficie corporal y con compromiso grave de la vía aérea, presenta fractura de pelvis inestable. Paciente crítico, pronóstico reservado”.
Las causas del siniestro de la aeronave LV-GLQ aún se intentan determinar, pero se presume que las fuertes ráfagas de viento, que por momentos alcanzaban los 100 kilómetros, fueron los motivos que provocaron el accidente y el incendio de la avioneta.
