El Gobierno analiza ampliar los sectores alcanzados por la apertura importadora que el equipo económico activó para bienes de las canasta básica, una medida que el ministro Luis Caputo anunció como respuesta a niveles de precios que consideró altos para las condiciones macro actuales, principalmente un tipo de cambio más bajo que el esperado a esta altura del año tras la devaluación de diciembre.
La semana que viene se conocerá el índice de precios al consumidor (IPC) de marzo, que las consultoras que miden precios de manera particular estiman que estará en un rango levemente inferior al 13,2% que marcó febrero. Algunos estudios privados destacaron la desaceleración de precios durante la última parte de marzo.
La medida de apertura importadora para productos de consumo masiva fue anunciada hace tres semanas y entre los economistas consultados, no se prevé que tenga -a partir de este mes- un impacto mensurable en los índices de precios, ya que se trata de un decisión con alcance limitado en el universo de oferta al consumidor. El anuncio despertó cuestionamientos entre los sectores fabriles ligados a la industria alimenticia por lo que consideraron una medida que pone en pie de desigualdad a las fabricantes locales en relación a los productos terminados importados.
Tras el primer anuncio, que estuvo referido principalmente al consumo masivo, el jefe del Palacio de Hacienda dio la orden para que la Secretaría de Comercio, que encabeza Pablo Lavigne, explore en qué otros sectores podría habilitarse un esquema de pago de importaciones con plazos más cortos. Fuentes consultadas de esa cartera mantuvieron reserva sobre los próximos pasos de ese esquema pero mencionaron que trabajan en “medidas operativas para simplificar el comercio exterior”.
Estimaciones del economista Martín Kalos realizados para un informe de Industriales Pymes Argentinos (IPA), “la importación de alimentos representó el 2,9% en 2022 y el 2,7% en 2023 del total de bienes comprados por Argentina al extranjero: cerca de USD 2.000 millones cada año”, apuntó e indicó que “en la Argentina hay 14.000 empresas dedicadas a la producción de alimentos: de ellas, alrededor de 4.500 se dedican a la panadería, 1.300 a las carnes, 1.200 a las pastas alimenticias y 1.000 a lácteos”.
Sobre la naturaleza del anuncio de la apertura importadora, mencionó ese informe que se mezclan “productos que no se producen en el país (cacao, café, bananas, atún) con otros donde Argentina es claramente más competitiva que el resto del mundo (carne vacuna)”. “Pero también se encuentra abarcada la carne de cerdo, rubro que ha crecido notoriamente en nuestro país en la última década hasta alcanzar el autoabastecimiento de carne porcina. Tampoco es un rubro donde los precios se hayan acelerado: en los últimos tres meses subieron 35%, la mitad de lo que marcó la inflación”, mencionaron.
Sobre este último aspecto también abundó un informe previo de la consultora PxQ, que midió a través de un relevamiento propio si hay alguna diferencia en el ritmo de precios que tienen los productos que se ofrecen con promociones y descuentos en las góndolas y aquellos que no lo tienen, en un muestreo de los últimos diez meses según precios publicados en la web, que le permitió a PxQ “analizar la evolución de la inflación general de alimentos y bebidas, la de esos productos sin promociones y con promociones”. “No existen diferencias relevantes; los precios de los productos con promociones evolucionan con la misma inflación que la de los productos sin promociones”, mencionaron como conclusión.
El economista de EcoGo, Sebastián Menescaldi, también consideró que “la apertura a la importación de alimentos, si bien podría tener un efecto positivo, dependería del sector y no sería inmediato, dados los requisitos sanitarios y burocráticos que significa el traer alimentos del exterior”, dijo a Infobae. “Además el efecto podría estar concentrado en supermercados, que abastece a un 25% de la ventas de alimentos en promedio, y no sería extensivo a toda la economía”, cerró.
Estimaciones privadas le pusieron número concreto a la inflación de marzo, que se conocerá el viernes de la semana que viene. “La inflación de marzo fue de 12,2% mensual y registró un crecimiento interanual de 288,3%. Por otra parte, la inflación núcleo avanzó a un ritmo mensual de 9,2%, marcando un aumento de 299,2% anual. Así, la inflación general acumulada fue de 51,6%, y la inflación núcleo acumuló 47,0% en marzo”, publicó la consultora Orlando J. Ferreres.
“En cuanto a los principales rubros, Educación y Vivienda encabezaron las subas del mes, registrando alzas mensuales de 37,5% y 20,6% respectivamente, seguidos por Indumentaria y Salud, que presentaron una variación de 16,8% y 15,1% respectivamente. La medición núcleo, por su parte, arrojó una variación de 9,2% y en términos anuales registró una suba de 299,2%. En cuanto a los bienes y servicios estacionales, la variación registrada fue de 13,8% mensual, mientras que los Regulados subieron 20,7% mensual”, planteó.
Equilibra, por su parte, publicó que su estimación es de un IPC nacional de “13,0% para marzo, lo que arroja una inflación interanual de 295% para el tercer mes del año. Considerando un intervalo de confianza del 95%, la inflación pronosticada por el modelo oscilaría entre 11% y 15% para marzo”.
“En el desagregado, esperamos que los precios Estacionales lideren el alza, trepando más de 20% en marzo tras una fuerte suba de las verduras y la ropa. En cambio, los precios Regulados que habían subido 23% en febrero, treparon en línea al Nivel General este mes (postergación de aumentos de Gas mediante). Por último, la inflación Núcleo se mantendría en un nivel similar al de febrero (12%), con el rubro Educación liderando (subas promedio por encima del 50%)”, afirmó Equilibra.
C&T Asesores Económicos, por último, hace un relevamiento mensual en el Gran Buenos Aires, que dio como resultado en marzo “un alza mensual de 12,7%, menor que el 16,3% de febrero y el 15% que el Indec había difundido para la región. La variación de doce meses se ubicó en 295,3%”, midieron. “La inflación núcleo fue más baja que la total, 10,9%, por la fuerte presencia de aumentos estacionales y regulados. A lo largo del mes los aumentos de precios fueron perdiendo impulso, bajando la inflación total de la cuarta semana del mes a 10,7% y la núcleo a 8,8%”, concluyeron.