Los datos económicos del primer semestre del año anticipaban que los niveles de pobreza podían ser altos, pero aún así los resultados no dejan de sorprender. Según el informe de la Encuesta Permanentes de Hogares (EPH) publicado por el Indec, más de la mitad de los argentinos son pobres. El estudio indica que la pobreza avanzó hasta 52,9% en el primer semestre del año y así alcanzó a 24,9 millones de personas en todo el país.
A su vez, hubo un empeoramiento en la tasa de indigencia. El 18,1% de la población de todo el país no pudo tener cubiertas las necesidades alimentarias básicas, lo que representa a 8,5 millones de personas.
La tendencia de empeoramiento de las condiciones sociales, incluso las más básicas, en un contexto de ayuda estatal más amplia pero con una macroeconomía con inflación cada año más alta y salarios más bajos, dio como resultado que desde fines de 2017 la indigencia escalara desde 4,8% hasta el 18,1 por ciento actual. Puesto de otra forma: en seis años prácticamente se cuadruplicó la cantidad de indigentes que viven en la Argentina.
La publicación de ayer del Indec fue la primera medición del gobierno de Javier Milei.Respecto de un año atrás, 6,2 millones de habitantes se sumaron al universo de personas que con su ingreso no pudo comprar la canasta básica total de alimentos y servicios básicos. Y se incrementó en 4,2 millones la población que no llegó a cubrir el valor de la canasta básica alimentaria, pese a los planes de asistencia social.
Esas cifras también son críticas: en promedio, en el primer semestre un hogar pobre tuvo ingresos 42,6% por debajo de lo necesario para dejar de serlo. Una distancia de algo más de $300.000. Para el caso de la brecha de indigencia, fue de 33,4%, lo que equivale a decir que un hogar que no llega a cubrir la canasta alimentaria requirió $116.000 más en promedio para no ser indigente.
El primer semestre del año fue atravesado por esa escalada inicial de la inflación de los primeros meses del año, hasta un ritmo de suba de precios que se asentó en el orden del 4% mensual entre mayo y agosto. Hubo, en paralelo, una caída marcada del poder de compra de los salarios, que también comenzó a recuperar terreno en la medida en que desaceleraba el índice de precios, aunque no llegó a compensar enteramente lo perdido.
La pobreza infantil
Otro dato preocupante reflejado por el informe de Indec es que el nivel de pobreza es aún más elevado en la población más joven. En detalle, el 66,1% de los menores de 14 años viven en hogares con ingresos inferiores a una Canasta Básica Total (CBT), lo que significa que no perciben lo suficiente para cubrir sus necesidades básicas. Además, de acuerdo al estudio, el 27% de la población de ese rango etario se encuentra en situación de indigencia, lo que significa que uno de cada cuatro niños pasan hambre en el país, dado que en sus hogares no ganan lo suficiente para cubrir el costo de una Canasta Básica Alimentaria (CBA) y hacer frente a sus necesidades alimenticias fundamentales.
Al igual que ocurrió a nivel general, los niveles de pobreza infantil se dispararon en el último año. Las estadísticas publicadas por el organismo indican que en el primer semestre de 2023 la pobreza infantil era del 56,2% y la indigencia afectaba al 13,6% de los chicos. Por lo tanto, la pobreza saltó 9,9 puntos porcentuales y la indigencia aumentó 13,4 puntos. Prácticamente, se duplicó.
Los resultados son más “crudos” cuando se miden en cantidad de personas. Según el Censo 2022 realizado por el Indec, en la Argentina hay 10.691.666 personas de menores de 14 años de edad. Si el 66,1% son pobres, entonces hay 6.996.384 menores de 14 años que no llegan a cubrir sus necesidades básicas.
En lo que respecta a la indigencia, el número asciende a 2.849.016 personas. Es importante tener en cuenta que el número de indigencia está contemplado dentro del de pobreza, por lo que los números no se suman.
Las regiones más pobres del país
En el análisis de los aglomerados urbanos por regiones durante el último año se puede observar que fue en Formosa donde más creció la incidencia de la pobreza: pasó del 29,7% al 67,6%, un salto de casi 40 puntos porcentuales. Le siguió La Rioja, que pasó del 39,6% en el primer semestre de 2023 al 66,4% en el mismo período de este año.
En tercer lugar quedó Tierra del Fuego (Río Grande y Ushuaia) en donde la pobreza saltó del 25,4% al 48,6% en el último año, un incremento de 23,2 puntos porcentuales, seguido por Santa Cruz (20,3 puntos) y Misiones (20 puntos).
Por otro lado, los datos arrojan que en el Gran Buenos Aires (GBA) el 42,9% de los hogares (2.321.926)y el 52,8% de las personas son pobres (8.437.209). En esa región el 14,8% de las familias (802.876) y el 19,8% de las personas son indigentes (3.164.044).
En el GBA viven el 53% de los 15.685.603 de personas pobres en los 31 aglomerados urbanos relevados por el organismo estadístico y el 58,8% de los 5.379.588 de indigentes a nivel nacional.
En lo que respecta a la indigencia, el conglomerado urbano más afectado por la indigencia fue el Gran Resistencia, en el que el 38,6% de la población vive sin las necesidades básicas alimentarias cubiertas. Le siguen, en ese ránking, Concordia (26,4%), Santiago del Estero-La Banda (22,9%), el Conurbano bonaerense (22,7%) y Formosa (19,8 por ciento). Solo dos centros urbanos se mantienen con una indigencia de un dígitos son el Gran San Luis y la Ciudad de Buenos Aires.
La pérdida de poder de compra de los salarios informales (los más expuestos a la pobreza) son de difícil medición, aunque el Indec realiza un informe sobre salarios amplio que los contempla, pero con un rezago en la información de unos cinco meses. El último dato muestra que los salarios informales están 57 puntos porcentuales por debajo del ritmo de inflación.
Y por otra parte, la información más reciente de la Secretaría de Trabajo muestra que se perdieron 136.000 puestos de trabajo asalariados registrados del sector privado (los que tienen mejores condiciones de trabajo y mejores salarios). La estimación de la cantidad de empleos en negro perdidos es solo conjetural, pero habrían sido de unos 530 mil al primer trimestre del año. Todo esto explica en gran medida por qué la situación de la pobreza e indigencia en el país llegó a un punto crítico en la primera mitad del año.