Última sesión de un año para el olvido
Después de uno de los peores años legislativos de últimos 10 años, el Concejo Deliberante tendrá su última sesión del año en la cual se tratará Presupuesto, Tarifaria, Suba de Boleto de Colectivos, Emergencia económica y Ley de Lemas entre otras cosas.
Sin lugar a dudas el 2022 será recordado como el año de las declaraciones y los beneplácitos, un año en el que el Oficialismo municipal paralizó las Comisiones y manipulo el Reglamento Interno y la Carta Orgánica de acuerdo a su conveniencia, a tal punto que el 80% de las iniciativas presentadas por la oposición simplemente quedaron cajoneadas.
Desde la asunción de Paulina Calderón la legislatura municipal paso a convertirse en un Club Feminista, en el que (en buena hora) fueron aprobados muchos proyectos de declaración relacionados a la cuestión de género, sin embargo, no se dieron las discusiones (por presiones del oficialismo y algunos bloques cercanos) para solucionar cuestiones de fondo y que tienen que ver con el bienestar de la ciudad, afortunadamente la Calderón se bajó del barco antes de terminar el año para ir a un cargo en el gabinete nacional, pero sin haber dejado nada destacable en su rol de presidente del honorable cuerpo.
En ese punto, el oficialismo se negó a tratar cualquiera de los pedidos de informes presentados por los demás bloques, bajo argumentaciones banales y sin sentido, a tal punto que, pese al pedido de la oposición de conocer la situación de Transpuntano, nunca se quiso dar respuestas al respecto y este jueves nuevamente el boleto incrementará su valor, en tanto nadie sabe a ciencia cierta cuál es el estado de la empresa, y las unidades.
Tampoco se quisieron dar respuestas respecto al pacto Tamayo – Edesal, al punto que la oposición tuvo que recurrir a los Tribunales para tener una respuesta pese al enojo de los «interpretes» que ocupan una banca en el edificio de calle Colón.
Podríamos estar el día entero enumerando contrariedades y ejemplos de cómo se desenvolvió el Concejo deliberante, pero sería carente de sentido dar entidad a una presidencia nunca la tuvo.
Este jueves la sesión será eterna, discusiones sin sentido, interpretaciones amoldadas a conveniencia de quienes tienen la mayoría dejarán en claro que, lo que vale no es lo que el que el vecino necesita sino lo que Alberto Rodríguez Saá manda a través de sus funcionarios y funcionales.
Ese jueves el boleto se aumentará el boleto del colectivo, sin dar explicación alguna respecto a cómo está la empresa, se aumentarán las tarifas y tasas a través de recategorizaciones solapadas,
Durante el 2022, los funcionarios de Rodríguez Saá afirmaron que el municipio tenía 400 millones de superávit, sin embargo, este jueves se aprobará nuevamente la emergencia económica, entonces queda preguntar. Si existe superávit, ¿Por qué mantener la emergencia? No tiene sentido.
Por último y como el miedo no es sonso, el séquito levantamanos de Tamayo aprobará también la adhesión a una ley que viola lo más sagrado, el voto de la gente.
La Ley de lemas es un sistema perverso el cual según muchos constitucionalistas se viola la intrasferencia del voto otorgando la victoria a quien podría no ser el candidato más votado. Este sistema de votación es utilizado por el kirchnernismo en provincias como Santa Cruz en donde, pese a haber perdido las elecciones (por sumatoria de votos de sus sublemas) terminan quedándose con el poder.
En pocas palabras, la sesión de este jueves será extremadamente larga, tediosa y aburrida. Escucharemos las aburridas y intervenciones de algunos ediles y su interpretación de las normas (siempre a conveniencia de la casa claro está), así como las bravuconadas de otros que caminan el mismo sendero, solo esperemos que el 2023 llegue con una tarea legislativa más acorde a la investidura de quienes fueron votados para solucionar las problemáticas de la ciudad y no para convertirse en un club de aplaudidores.